
Tomemos como ejemplo las cremas: todas funcionan igual. Mantienen la piel suave porque reducen la evaporación en la epidermis. Una crema hidratante de 2 euros es tan eficaz como el “super-serum-de-París” que cuesta 100 euros.
Lo mismo ocurre con los tratamientos antiarrugas. Un antiarrugas es, simplemente, una crema hidratante a la que se le añaden proteinas vegetales. Esas proteinas son cadenas de aminoácidos muy largas y que se estiran mientras están rodeadas de crema. Cuando la crema se seca de la piel, las cadenas de aminoácidos se contraen y tensan la piel. Por eso reducen temporalmente las arrugas. Funciona igual el antiarrugas más caro y el más barato.
Aquí está el nudo del asunto. La eficiacia de estos “super-ingredientes” (a los que bautizan con términos que parecen muy técnicos) carece de toda base científica.
El engaño esencial de estas cremas es su supuesto efecto rejuvenecedor gracias a moléculas varias que realmente hacer, lo que se dice hacer, hacen poco…
Me he encontrado cremas de muchísimos tipos de las que se podrían decir mil cosas, pero no quiero enrrollarme mucho. Por eso me voy a parar a hablaros de los componentes «milagrosos» que más se repiten en las cremas.Un ejemplo, el colágeno.
«Se trata de una composición muy novedosa, formada por filamentos de ADN, que dan un aporte extra de ácidos nucleícos a la piel. De esta manera se protege al ADN frente a agresiones externas, proporcionando protección celular frente al envejecimiento prematuro de la piel, reforzando la hidratación, el poder antioxidante y la regeneración epitelial.»
Primera incongruencia: el nombre sugiere que la crema regenera los filamentos de ADN, pero luego dice que poniendo ADN sobre la piel protege al ADN de agresiones externas. Por lo tanto se supone que regenera la piel, no el ADN. Pero ¿poner ADN por fuera tiene algún efecto sobre el ADN del núcleo de las células? Pues tenemos el mismo problema que con las cremas con colágeno, por fuera no hace nada por que la piel no lo absorbe. La piel sirve para protegernos y, por suerte, tiene la costumbre de no absorber la primera molécula que le toca pero ¿serviría de algo que la célula absorbiera ADN foráneo? El ADN es el que contiene la información genética, por lo que es propio de cada individuo. Si el ADN de la crema llegara a entrar en la célula los mecanismos de defensa lo degradarían pensando que es un virus. O sea que sería inútil.
De acuerdo, en las células de la piel no entra, pero ¿Tiene algún efecto sobre la epidermis? El ADN no tiene actividad enzimática como antioxidante, ni sirve para regenerar el epitelio, ni tiene capacidad para hidratar, por lo tanto, mal vamos. Siendo muy generoso, el único efecto positivo sería que si te pusieras muchísimo ADN en la piel (la composición no dice que porcentaje de la crema es ADN) podría recibir parte de la radiación UV del sol y si degrada el ADN foráneo no degradará el de la célula, por lo tanto protegería de la radiación de sol, pero esto es una tontería porque cualquier protector solar es mucho más efectivo y más barato que ponerse ADN en la piel.
